domingo, 23 de enero de 2011

Sistematización empática vs. Sistematización antipática

Antes de entrar en materia, quiero referirme al título de este escrito y señalar que el significado de la palabra “antipatía” se ha vuelto bastante superficial en el uso diario, pues cuando calificamos alguna persona o situación de “antipática”, no le damos un alcance muy grande a la expresión, sino que la usamos como equivalente de “no me cae bien”, o “no me gusta”, sin atribuirle implicaciones graves, ni otorgarle mucha importancia. 

A la postre, es más bien intrascendente decir que algo o alguien nos es antipático, y esto apenas nos causa una cierta incomodidad por lo demás fácil de evitar. Pero si consideramos la construcción etimológica de la palabra, encontramos una pista que nos abre sin dudas a profundidades importantes del alma humana, porque aquello que es anti-pathos, significa lo opuesto a la pasión vital que estremece y da sentido a nuestros actos haciéndonos experimentar emociones íntimas. Desde esta perspectiva, lo “anti-pático” hace referencia a algo que nos quita calidad de vida y que obstaculiza la posibilidad de disfrutar las ocasiones de gozo real que la vida nos ofrece.

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